Sareb venderá Árqura Homes, su promotora de viviendas, por unos 800 millones.
La firma, gestionada por Aelca, cuenta con una cartera de suelos con capacidad para 15.300 pisos.
Sareb prepara la que puede ser la venta del año en el sector inmobiliario residencial. La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria está trabajando en la licitación para contratar a un asesor para una «potencial puesta a la venta» de su promotora, Árqura Homes».
Esta transacción pondría en valor la que es la mejor cartera de suelos de Sareb, que en 2019 decidió constituir esta firma a través de un Fondo de Activos Bancarios (FAB) junto al fondo Värde. El objetivo pasaba por maximizar el valor de una cartera de suelo y obras en curso de más de 800 millones de euros mediante la internalización del margen del negocio promotor.
La clave reside en que la promotora no cuenta con plantilla propia, ya que la gestión integral y comercialización de la cartera de inmuebles de Árqura Homes está delegada en Aelca, una firma con origen promotor especializada en la gestión integral de proyectos inmobiliarios controlada por Värde.
De este modo, en caso de que una promotora se interesara por Árqura podría comprar únicamente la promotora y finalizar el contrato de gestión, de modo que estaría incorporando una potente cartera de suelos y obras en curso sin necesidad de integrar dos compañías. Por otro lado, si se trata de un inversor sin estructura en España puede hacerse con una cartera de suelos gestionados por Aelca.
Además de esta estructura, fuentes del sector hacen referencia a la calidad de la cartera, ya que se trata de suelos urbanos, que pese a no estar ubicados en zonas prime de ciudades como Madrid y Barcelona, destacan por encontrarse en segundas capitales de provincia con alta demanda, en barrios con potencial de crecimiento y con buen rendimiento comercial.
La puesta en el mercado de esta cartera sería el motivo de peso para que Sareb alcanzar a principios del pasado mes de enero un acuerdo para recomprar el 10% del capital de Árqura Homes que estaba en manos de Värde y se reservó además una opción de compra sobre la promotora Aelca.
Entre las grandes promotoras
Desde su creación en 2019, Árqura Homes ha entregado 1.682 viviendas, de un total de 5.792 viviendas con obras iniciadas y que corresponden a 94 promociones en 15 comunidades autónomas. La promotora tiene comprometidas con clientes 3.257 viviendas.
Durante el pasado año se formalizaron un total de 1.843 preventas netas, y actualmente Árqura dispone de un total de 8.868 viviendas en diferentes fases desarrollo o promoción.
Según el avance de datos de cierre del ejercicio de la compañía, Árqura Homes invirtió en 2022 un total de 258 millones de euros en promociones y desarrollo de suelo, por lo que incrementó su volumen de inversión en un 75% respecto a 2021. Asimismo, puso en marcha obras en 27 nuevas promociones, que supondrán la construcción de 1.589 nuevas viviendas. El ritmo de entrega de vivienda se aceleró el pasado año y creció un 80% respecto al año anterior.
Para el año 2023, la compañía contempla en sus presupuestos de actuación elevar su inversión casi un 36% respecto a 2022 y prevé destinar 350 millones de euros a promociones activas y puesta en marcha de obras de nuevas promociones. El volumen de negocio de Árqura Homes sitúa a la empresa como una de las líderes dentro del grupo de promotoras no cotizadas. Toda su actividad se desarrolla en el mercado minorista y cuenta con presencia importante en Barcelona, Valencia y Sevilla.
Principal barrera
Uno de los escollos a los que se podría enfrentar la operación de venta de esta cartera de suelo, según explican fuentes del sector, podría ser de índole política. Así, desde Unidas Podemos siempre han apostado por aprovechar los activos de Sareb (ahora controlada por el FROB) para ofrecer alquileres sociales. Concretamente, el pasado año Unidas Podemos presentó una proposición no de ley- que se tumbó- y que abogaba por destinar a alquiler social 15.000 viviendas de la sociedad con alquileres que no superaran los 300 euros.
Alba Brualla/eleconomista.es