¿Qué es una ciudad de los 15 minutos y cómo conseguirla?

El sector demanda agilidad y flexibilidad urbanística para potenciar cambios de usos
El término ciudad de los 15 minutos está en boga, pero para que se convierta en una realidad hace falta un enorme compromiso por parte de las distintas administraciones, abogando por agilizar el urbanismo y sobre todo por flexibilizar los usos.
Así lo explicaron las directivas que participaron en el Evento Kreab Liderazgo de la mujer en el desarrollo de las nuevas ciudades y en el que se habló de los retos que existen en España para que nuestras grandes ciudades viren al modelo de los 15 minutos.
¿Es esto posible en las grandes ciudades de España?
«Es posible, pero es complejo», apuntó Susana Rodríguez, miembro del Comité de Dirección de Savills España. «Como todo lo que tiene que ver con el urbanismo y desarrollo de las ciudades requiere de tiempo, pero es cierto que el covid ha puesto de manifiesto la necesidad de las personas de tener una vida más amable en la que haya una mayor integración y más sana entre la vida personal y el trabajo y la ciudad en la que uno vive es fundamental», explicó Rodríguez.
«Venimos de ciudades desarrolladas en la revolución industrial en la que se separaba la zona de trabajo de los lugares habitables. Ahora buscamos todo lo contrario y eso se consigue mediante la integración de usos y con la coexistencia de edificios de oficinas con residenciales, con servicios. Para eso es necesaria la flexibilidad urbanística», indicó la directiva de Savills.
En este sentido, Cristina Calvo, consultora de Ashurst en Madrid, destacó que «muchas de las cosas que se deben hacer no son viables económicamente por la normativa actual y sus plazos tan extensos» y cree que «lo más fácil sería que, al menos en el centro de las ciudades, todos los usos sean mixtos, de forma que sea el inversor privado el que decida en cada momento por que uso apuesta».
¿Quién se hace cargo de las inversiones necesarias?
De hecho, captar capital para poder llevar a cabo los cambios necesarios en las ciudades es otro reto. Algunas administraciones ya están trabajando en esta línea, como es el caso de Andalucía, que lanzó un vehículo gestionado por Arcano para invertir 170 millones en proyectos de desarrollo urbano sostenible entre los que se incluyen desarrollos que potencian el modelo de la ciudad de los 15 minutos.
«Con este tipo de fondos intentamos potenciar que se lancen otros fondos privados», explica Cristina Reina, managing director Real Estate de Arcano Partners. A través de este vehículo «estamos llevando a cabo proyectos como la digitalización de servicios públicos y también protegemos y recuperamos el patrimonio cultural, dando nuevos uso a edificios que están abandonados contribuyendo al desarrollo socio económico del municipio donde se encuentra», explica Reina.
Por su parte, Débora Santamaría, CFO Castellana Properties, puso de manifiesto el papel del centro comercial dentro del concepto de la ciudad de los 15 minutos. «Son como la plaza del pueblo, ya que en un centro comercial existe una integración de servicios importante como el supermercado, cines, restauración, actividades para niños»
Eficiencia energética
En la apuesta por la ciudad de los 15 minutos es muy importante la sostenibilidad. «Se debe apostar por la recuperación e implantación de nuevos espacios urbanos verdes para garantizar una mejor calidad de vida y mitigar el efecto de islas de calor», apuntó Sandra Daza, directora general de Gesvalt. «Estos espacios ayudan a regular el clima de las ciudades con impactos de hasta 10 grados menos y de esta forma reducimos el gran consumo eléctrico del aire acondicionado que supone el 79% del uso eléctrico», explicó la directiva de Gesvalt.
Débora Serrano, miembro de la Junta Directiva de WIRES, Vocal de socias, puso en valor lo importante que es «ir hacia ese modelo de ciudad que permite una mayor conciliación a las familias. Si bien, puso sobre la mesa la importancia de que su desarrollo sea el correcto para evitar que estas ciudades no se conviertan en guetos».
Alba Brualla/eleconomista.es