¿Por qué Android y Apple están eliminando el botón de la ubicación de los smartphones?
Los sistemas operativos más recientes han eliminado el acceso rápido a esta función.
Las apps cada vez aprovechan más esta información para ofrecer mejor servicio.
La ubicación es una de las herramientas más utilizadas, tanto por los usuarios como las aplicaciones que recopilan estos datos para ofrecer mejores servicios a quienes las utilizan, sin embargo, Google y Apple están eliminando el botón de acceso rápido en sus sistemas operativos más recientes. Esta es la razón por qué lo hacen.
La evolución de los teléfonos móviles y de sus sistemas operativos hacen que las herramientas y servicios que ofrecen estos vayan cambiando. Es por ello por lo que es normal que no puedas encontrar las mismas funciones (o por lo menos de la misma manera) en un móvil del 2015 frente a uno del 2022.
Todo ello es información valiosa para las apps, y es por esto mismo que los fabricantes de smartphones están eliminando el botón para que puedas activar y desactivar esta función, para que siempre esté activa y funcionando para ellos.
Pero esto no significa que, si tienes un teléfono con Android 13 o el nuevo iPhone 14 siempre vas a tener que tener tu ubicación activa siempre, solo tienes que entrar a ajustes para quitarla, pero lo que ya no podrás hacerlo es desde un acceso rápido.
Es cierto que esto no tiene por qué ser una cosa mala, primero porque la ubicación es cada vez más necesaria para que distintas apps funcionen correctamente y si la tienes instalada lo más normal sea que quieres que funcione con todo su potencial. En segundo lugar, la ubicación ya no consume batería de forma continuada, como hacía antes, por lo que ya no es necesario estar encendiéndola y apagándola para ahorrar.
Y en el caso de que lo que te preocupe es tu seguridad y privacidad, sobre todo en el iPhone, pero también en el Android, se han creado sistemas más potentes diseñados específicamente para que las apps solo recopilen lo estrictamente los datos necesarios.
MIGUEL TÉRAN/eleconomista.es