Las empresas españolas están a la cola de la UE en recuperación de beneficios.

El CES explica que el 90% de la inflación interna se explica por este indicador y el resto por salarios.
La economía española protagonizó una de las mayores caídas de la actividad durante 2020, el año en el que se paralizó casi todo debido a la pandemia. De aquel shock nacieron dos ramas: la resistencia y posterior impulso del empleo, algo inusual respecto a otras crisis, y el impacto negativo sobre los beneficios empresariales. Funcas certifica que la caída del PIB y del excedente bruto de explotación –lo que le queda a las empresas una vez compensados los salarios– fue mayor de lo previsto, y su recuperación más lenta. Así, las empresas españolas y las francesas recuperan los márgenes de forma más lenta que el resto de la UE.
“El excedente bruto de explotación (EBE) de las sociedades no financieras experimentó en 2022 un fuerte impulso del 24,3 %, superando así el nivel previo a la pandemia en un 6,7 %, pero sigue siendo uno de los avances con respecto a 2019 más bajos de Europa”, destaca el think tank en su reciente trabajo que analiza el impacto de la inflación y de los diversos shocks económicos que han afectado a la economía estos últimos años.
Efecto sobre los precios
En la presentación de la Memoria socioeconómica y laboral del Consejo Económico y Social, su consejero y presidente de la Comisión de Trabajo, Raymond Torres, ofreció algunos detalles sobre los efectos de segunda ronda, indirectos, que provocó el repunte de los beneficios empresariales tras la caída de la pandemia y el menor incremento de 2021.
En 2022, el aumento del excedente bruto de explotación fue del 24%. Según la Memoria, las empresas provocaron el 90% del incremento deflactor del PIB que mide la inflación interna, mientras los salarios apenas supusieron el 10% de este crecimiento de los precios.
Eso sí, en la presentación apuntaron a la necesidad de que las empresas absorban una parte de la subida de costes y traspasen otro porcentaje al consumidor final para no arruinarse.
Desajuste
El informe apunta a un desajuste entre los beneficios y la carga impositiva. “El nivel de las rentas empresariales (después del pago de impuestos) en comparación con el previo a la crisis sanitaria ha crecido menos que las rentas de los hogares (un 1,4 % frente a un 4,7 %), lo que se explica, en parte, por el menor crecimiento de los resultados empresariales que de las rentas de los hogares antes de impuestos, y en parte, por el mayor incremento que han sufrido los tipos impositivos efectivos soportados por las empresas”, señalan.
Aún así, la conclusión del impacto de la crisis sobre empresas y hogares es negativa en ambos casos. “En términos de capacidad adquisitiva, ambas se encuentran por debajo de los niveles previos a la crisis sanitaria”.
El observatorio arranca en junio
Ya en referencia con el presente ejercicio, el excedente bruto de explotación generado por las empresas subió un un 15,8% en tasa interanual, 1,3 puntos menos que en el cuarto trimestre. Una moderación respecto al sprint final que protagonizó el año 2022, si bien son unos datos que confirman la progresiva recuperación del tejido empresarial español.
Estos datos se corresponden con el primer trimestre, y la Contabilidad Nacional del segundo trimestre no se conocerá, de forma preliminar, hasta el viernes 23 de junio, para cuando está previsto también que opere el observatorio que vigilará la evolución de los márgenes empresariales, impulsado por el ministerio de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.
Este observatorio de márgenes empresariales no señalará a empresas, sino sectores, tal y como explicó el secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Gonzalo García Andrés.
Agentes sociales
Los sindicatos defienden su postura y consideran que “parte del tejido empresarial sigue manteniendo unos márgenes de beneficio elevados que están tensionando los precios, tal y como demuestran cada vez más analistas e instituciones”. Consideran “especialmente preocupante” esta situación en algunos sectores que afectan a bienes y servicios de primera necesidad, como el de la distribución alimentaria.
Por su parte, la patronal que representa al tejido empresarial mayoritario, Cepyme, mantiene su postura y reclama el cese las políticas de incrementos de costes y cargas burocráticas impulsadas por el Gobierno y ha instado a que se cree un entorno favorable a la actividad empresarial.
La patronal de las pequeñas y medianas empresas ha pedido “cautela” a la hora de analizar los datos de empleo, ya que la empresa, especialmente la de menor tamaño, “lleva meses sufriendo condiciones desfavorables para su actividad debido a la incidencia de la inflación y a los continuos aumentos de costes que se han aprobado desde el Gobierno”.
José Miguel Arcos/eleconomista.es