La economía continúa dando sorpresas positivas: el PIB pisa el acelerador en el segundo trimestre.
El empleo y el sector exterior siguen mejorando sus cifras.
La sólida evolución del empleo, el comercio exterior y la inversión van a impulsar el crecimiento del PIB por encima del primer trimestre, según los primeros indicadores adelantados. Algunas estimaciones apuntan a un ritmo trimestral de crecimiento del 1%, pero se tiene que confirmar con los datos de final trimestre. La convocatoria electoral del 23J por sorpresa plantea dudas de cómo se va a comportar la economía en los próximos meses.
Los primeros datos económicos referentes al segundo trimestre del año están poniendo en órbita al PIB. España arrancó el año con buen pie, sorprendiendo a propios y extraños, con un crecimiento trimestral del 0,5% y del 3,8% en tasa interanual. Pero todavía lo más sorprendente es que desde que se publicara el avance de Contabilidad Nacional, a finales de abril, no han parado de publicar nuevos datos positivos para la economía, que apunta a que podría estar acelerándose.
Desde que empezó el año, en la mayoría de las semanas las cifras de ventas han batido a las del año anterior. En el conjunto de los cuatro primeros meses de 2023, las ventas interiores diarias promedio han resultado ser de 4.226 millones de euros, lo que equivale a estar un 3,1% por encima del periodo análogo de 2022. Durante el periodo del 19 de abril y 16 de mayo, la facturación crece un 2,3% en términos interanuales. Los sectores que han mostrado un comportamiento más dinámico han sido el de la industria manufacturera (8,5%, con un 6,1% precedente) y el de comercio al por menor (10,1%, 6,9% anterior).
Los datos de PMI son otros de los indicadores adelantados que suelen anticipar la evolución del PIB y también sirven para hacer una aproximación del ritmo de crecimiento. Se realizan a través de encuestas a un panel compuesto por más de 700 empresas del sector servicios y manufacturero. La próxima semana se conocerán los de mayo, pero en abril marcaba un crecimiento cercano al 1% y eso que el índice compuesto bajó respecto a marzo.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), un organismo independiente que fiscaliza las cuentas de la Administración Pública, utiliza un modelo para monitorizar el crecimiento de la economía española en «tiempo real» con la incorporación de los últimos datos que influyen en el PIB. El organismo apunta a que el PIB está creciendo en términos intertrimestrales un 1%. ¿Cómo de fiable es la aproximación? Bajo una perspectiva de acierto o error, la probabilidad de acierto es elevada pero no exacta. Por ejemplo, para el primer trimestre del año señalaba que la economía iba a crecer un 0,7% trimestral. El dato oficial fue del 0,5%. Pero es una fenomenal herramienta para detectar cambios de tendencia y el modelo de la AIReF está detectando que la economía ha metido una marcha más.
Hay que tener en cuenta que ni el modelo de AIReF, ni el INE tienen la fotografía completa de que ocurrió en la economía en el primer trimestre del año. De hecho, Estadística advertía que el avance se realizaba con «indicadores estadísticos coyunturales (…) hasta el segundo mes del trimestre». Es decir, el crecimiento del 0,5% no recogía los datos de marzo. No sería sorprendente que el INE en el próximo avance estadístico de PIB mejore los datos del primer trimestre y más teniendo el historial reciente de Estadística en la revisión de datos. La economía española lleva varios meses superando las previsiones más optimistas gracias a un inesperado comportamiento del sector exterior, que está compensando la caída del consumo interno, que tradicionalmente ha sido el principal motor de la economía. Gran parte de este comportamiento se debe a las alegrías del sector turístico. El gasto total realizado por los turistas internacionales que visitan España en abril alcanza los 8.480 millones de euros, lo que supone un aumento del 22,7% respecto al mismo mes de 2022.
Un buen impulso al PIB en marzo
Los datos de marzo de comercio exterior, que no estaban incluidos en el avance del PIB, ni en la aproximación de la AIReF del primer trimestre, apoyan una mejora de las previsiones del primer trimestre. En el mes de marzo, las exportaciones españolas de mercancías subieron un 17,7% en términos interanuales, alcanzando los 38.932,7 millones de euros. En términos desestacionalizados crecieron un 18,1% en tasa interanual. En comparación con el mes anterior, crecieron un 18,6%. Las importaciones en marzo de 2023 (39.090,4 millones de euros) ascendieron un 3,6% en términos interanuales (4,0% en tasa interanual desestacionalizada), algo que va en línea con el buen comportamiento que está registrando la inversión empresarial dentro del PIB.
Las referencias económicas de marzo tienen un plus especial en muchos indicadores internos. En marzo de 2022, la actividad económica se vio frenada por la huelga de transporte, por lo que marzo de 2023 estará favorecido en la comparación. El modelo de la AIReF también suele incluir los datos mensuales de ventas, salarios y empleo de las grandes empresas que proporciona la Agencia Tributaria. Las ventas totales de las Grandes Empresas, deflactadas y corregidas de variaciones estacionales y de calendario, se incrementaron en marzo un 8%, 6 puntos por encima de la tasa registrada en febrero. En términos mensuales el crecimiento fue del 1,4%.
El INE donde pone el acento en las revisiones es el consumo. Al final, el descenso del consumo de los hogares está siendo menor de lo que se temía. La Agencia Tributaria contempla un repunte significativo en las grandes empresas de consumo. Creció un 4,4%. Habrá que esperar al 23 de junio para saber si el INE revisa las cifras preliminares y al 28 de julio para ver si se confirman las buenas sensaciones de los primeros datos del segundo trimestre. El primer organismo que da previsiones oficiales es el Banco de España y lo hará a finales de este mes de junio También hay datos negativos, que despiertan dudas en el comportamiento del PIB. En mayo, el consumo de electricidad se desplomó un 4,6%. Es un dato asociado a la evolución del sector industrial y no es buena señal.
La convocatoria electoral por sorpresa abre un período de incertidumbre para la economía. Sobre el papel, la economía europea debería frenarse para la segunda parte del año, afectada por el endurecimiento de la política monetaria. Para EEUU también hay tambores de recesión, con lo que el viento de cola de las exportaciones se debería desvanecer para el PIB.
El frente político no deja de añadir una dosis más de incertidumbre, mientras se oscurece el horizonte económico global. Los dos anteriores comicios generales terminaron con bloqueo político y repetición electoral, lo que no es buen antecedente para la tranquilidad de los inversores. Desde JP Morgan advertían ya esta semana que la convocatoria lleva a un retraso material en la recepción de los fondos europeos. «Las elecciones puede socavar la confianza de los inversores y tener un efecto negativo en la creación de empleo y el crecimiento económico», comentan desde ING, en un análisis sobre el impacto en la economía.
Francisco S. Jiménez/eleconomista.es