Blog de Juan José Ortega

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India y China, dos de los países que liderarán las subidas en el salario real para el año 2023.

Se esperan caídas en los salarios reales globales para 2023.

Asia-Pacífico es la única región donde de media se experimentan aumentos.

India, Vietnam y China obtendrán las subidas más acusadas.

 

Mientras la elevada inflación sigue golpeando a las economías de todo el globo, la región de Asia-Pacífico será la única que perciba un aumento real de los salarios en el próximo año 2023. De acuerdo con las predicciones del Informe de Tendencias de Salario anual, el aumento medio de salario real (crecimiento nominal del sueldo menos el ratio de inflación) será del 1,3%.

Las otras grandes regiones, por el contrario, verán caídas en su salario real medio: -1,5% en Europa, -0,5% en Norte y Sudamérica, o -0,1% en África y Oriente Medio. Y de los 10 países con mayores aumentos a nivel global, este año 8 son de Asia-Pacífico, según ECA Internacional. «Con la inflación aumentando significativamente en 2022, el 78% de los países encuestados registró una caída en el salario real, y ningún Estado europeo ha visto aumentos en salario a términos reales», explicaba el director regional de ECA Internacional, Lee Quane.

«Aunque se espera que la situación a nivel global mejore en el próximo año, con aumentos salariales y una menor inflación, todavía se espera una caída del 0,5% en términos reales». Este informe anual se basa en la información recogida por ECA de 360 compañías multinacionales, las cuales operan en 68 países.

India y China ganan

Dentro de la región de Asia-Pacífico, el mayor aumento de salarios reales será para India con un 4,6%, seguido por el 4% de Vietnam, y el bronce será para el crecimiento de un 3,8% que se apunta China. La investigación afirma también que la mayoría de países tratados de esta región tendrán aumentos «similares o superiores» en 2023, comparados con 2022.

Quane explica que el caso de India se debe al ratio de crecimiento de su economía, así como a «la necesidad de aumento salarial para superar la inflación». Prosigue: «Aunque el ratio de inflación ha aumentado en India en 2022, los salarios crecerán a un ratio más elevado en términos nominales».

Con respecto a China, el experto asegura que sus trabajadores recibirán los mayores ratios de crecimiento de salario real, en este año y en el siguiente. Los salarios nominales en el país aumentaron un 5,9% en 2022, y para el próximo año lo harán un 6%. Cabe añadir que no todos los países de la región serán tan afortunados, pues otros como Laos y Myanmar sufrirán un «declive significativo» en sus salarios reales, como consecuencia de su inestabilidad económica y política.

El caso de Singapur

En el caso de Singapur, el mismo informe muestra que sus trabajadores verán un aumento del 3,8% en sus salarios reales. Sin embargo, la inflación reducirá la renta disponible y el salario fijo a un aumento del 1,7% en términos reales durante este año.

ECA Internacional estima un aumento en el sueldo real de tan solo el 1% en Singapur para 2023. «Los salarios caerán casi un 2% este año en términos reales, pero los trabajadores de Singapur no están solos al haber otros países de la región que también experimentarán caídas en su poder de compra de sus salarios para 2022», explicaba Quane.

Un 2023 complicado

Con unos ratios globales de inflación alcanzando récords en 2022, los salarios medios por todo el planeta cayeron un 3,8% en el presente calendario. Ello, a pesar de un incremento del 4% del salario medio y de una subida estimada del 5% para 2023.

«A pesar de que se espera que la situación global mejore el próximo año con mayores aumentos de sueldo nominal y una menor inflación de media, se sigue esperando una caída del 0,5% en términos reales», añade Quane.

La encuesta indica que 2023 también será un año duro para la mayoría de trabajadores del mundo. «Solo alrededor de un tercio (37%) de los países preguntados pronostican un aumento de los salarios en términos reales, una situación más favorable que la del 22% para este año», puntualiza.

 

IAGO EGUILETA/ el economista.es 

 

 

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