Blog de Juan José Ortega

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Hablemos de la importancia de la educación financiera en los jóvenes

Los jóvenes son, o lo serán en poco tiempo, usuarios activos en el sistema financiero; un rol que pueden asumir con mayor responsabilidad y confianza a través de la adquisición de conocimientos adecuados. En Saber Más, Ser Más le mostramos la importancia de la educación financiera en los jóvenes y en su vida futura.   

Los consumidores deben hacer frente a un exigente entorno financiero que, desde temprana edad, les demanda decisiones importantes. Cometer errores en esta etapa de la juventud tales como: no manejar un presupuesto, preferencia por el uso de dinero en efectivo, desconocimiento de productos financieros para ahorrar, el acceso a créditos estudiantiles con condiciones poco favorables o tarjetas de crédito usadas más para los “antojos” que para las urgencias, nublan la capacidad de los jóvenes para emprender proyectos o invertir, aplazando así la prosperidad y salud financiera. 

Un reto internacional

De acuerdo con Business Insider, a pesar de sus buenos hábitos de gasto, la generación Z  es decir, los jóvenes que nacieron entre 1998 y 2010, tuvieron el mayor crecimiento de la deuda de cualquier generación entre 2019 y 2020.

Ese crecimiento se debió principalmente a la deuda personal e hipotecaria. Los GenZ, al menos en Estados Unidos, deben entre $6,004 dólares y $169,470 dólares en estas carteras, respectivamente. 

Desde la óptica de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), este fenómeno puede ser explicado por la complejidad creciente en los productos, servicios y mercados financieros que enfrentan los jóvenes, por lo que es presumible que llegarán a soportar más riesgos financieros en su etapa adulta que sus padres.

Entonces… ¿Cómo revertir esta tendencia?

Varios factores ayudan a mejorar esta situación, entre ellos la educación financiera,  mediante la cual los jóvenes adquieren las herramientas necesarias para mejorar su comprensión sobre conceptos, productos y riesgos financieros. Asimismo, aprenden a desarrollar habilidades para analizar los riesgos y las oportunidades financieras, a tomar decisiones informadas y a adoptar acciones para cuidar de su bienestar financiero.

Recordemos que la educación financiera no es solo mejorar los conocimientos financieros y por lo tanto no puede simplemente medirse con indicadores como el conocimiento. La educación financiera abarca múltiples aspectos de la conducta relacionados con: las actitudes frente al dinero y cómo las personas manejan sus recursos y cómo toman decisiones financieras (incluyendo: hábitos, los factores que consideran y el conjunto de habilidades que utilizan). Se trata de un concepto multidimensional que requiere mirar en el comportamiento individual desde el conocimiento, las actitudes y los comportamientos financieros. 

Por esta razón, fomentar una cultura financiera entre niños y jóvenes se ha convertido en una prioridad social, económica y política para algunos países.

www.sabermassermas.com

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