Guicheteau (BBVA): «Nuestra financiación a fondos y empresas crecerá un 60% este año».
«La deuda bancaria apenas se ha encarecido en 25 o 50 puntos básicos en el último año»
«Las diferencias de valoración entre comprador y vendedor dificultan llegar a acuerdos»
«A finales del pasado mes de junio, ya habíamos cerrado el mismo nivel de operaciones de financiación que en todo el año 2021», Jean François Guicheteau, responsable de Leveraged Finance de BBVA, el área que concede créditos y financiación a empresas y fondos. La entidad financiera española sigue apoyando a sus clientes y no tiene ninguna instrucción de frenar su actividad de financiación. Sólo las grandes transacciones corporativas que requieren tramos B con rating o bonos están teniendo, en su opinión, dificultades de acceso a deuda en un mercado orientado a los compradores. El gran freno a las fusiones y adquisiciones en España viene por «las discrepancias en precio entre los antiguos propietarios y los nuevos inversores».
Su nicho son operaciones en compañías a partir de 5 millones de ebitda, ¿qué diferencias observa entre los diversos segmentos del mercado? Hay problemas para financiar compras de más de 200 millones.
Por debajo de ese umbral de 200 millones, en el llamado low y small caps, ¿no existen entonces dificultades de acceso a financiación?
No, es más, dentro del segmento hay dos tipos de financiación disponibles: bancaria e institucional, básicamente de unitranches y fondos de deuda. Hay liquidez, la diferencia es el precio. La financiación bancaria ha absorbido el impacto de la crisis con una variación poco relevante, del orden de 25 o 50 puntos básicos (pbs) respecto a principios de 2022. Sin embargo, la parte institucional sigue estando disponible, pero con variaciones de precio más significativas, de unos 150 puntos básicos. A principios de año, los precios de los tramos B no líquidos se situaban entre 425 y 475 pbs y hoy en día rondan los 600 pbs. Por lo tanto, las estructuras que pueden hacerse únicamente con deuda bancaria se realizan a precios muy parecidos, mientras las que requieren una mezcla de ambos instrumentos se han encarecido. El ratio más habitual suele ser tres cuartas partes de financiación bancaria y un cuarto institucional.
Este año han participado en grandes operaciones como Altadia, adquirida por Carlyle por 1.200 millones, Cupa y Uvesco, entre otras…
La compra de Altadia por Carlyle ha sido nuestra mayor operación con sponsor financiero. También hemos participado en la emisión de un bono high yield de 300 millones de Tendam (antes Cortefiel), en el préstamo de 300 millones que financió la entrada de PAI Partners en Uvesco o en la financiación para la compra de Cupa por Brookfield de 480 millones, incluyendo una prima importante en función de hitos ESG. En el segmento mediano, algunos clientes han acometido tres operaciones en un semestre por importes de entre 50 y 80 millones, alcanzado así niveles récord. A finales del pasado mes de junio, en BBVA ya habíamos cerrado el mismo nivel de operaciones de financiación que en todo el ejercicio 2021.
«Muchas empresas tienen coberturas de tipos de interés y ya han repercutido el alza de costes en sus precios».
Entonces, ¿la actividad de financiación de BBVA en 2022 duplicará al año anterior?
Vamos a cerrar el ejercicio 2022 un 60% o 65% por encima del año 2021 con unas 30 operaciones en el segmento de pequeña y mediana empresa, small y mid caps. En concreto, hemos incrementado un 25% la entrada de activos en libros y hemos desintermediado un importe equivalente al que hemos conservado en nuestro balance, el de la entidad. Todo ello gracias a nuestra actividad intensa de aseguramiento de las operaciones otorgando a nuestros clientes velocidad y seguridad de ejecución y garantizando la confidencialidad de los procesos al reducir el número de interlocutores implicados en los mismos.
Numerosos procesos parecen estar actualmente en suspenso por las discrepancias en precio…
Así es. Los vendedores siguen pensando que sus compañías valen lo mismo que hace 12 meses mientras los compradores consideran que valen menos.
Cerraremos 2022 un 60% o 65% por encima del año 2021 con 30 operaciones en el segmento de pequeña y mediana empresa.
Otro de los desafíos de la banca es la existencia de antiguas transacciones pendientes de sindicar.
Sí, pero es cuestión de tiempo. La actividad del mercado secundario también ha drenado liquidez fuera del mercado primario al concentrarse muchas grandes operaciones aseguradas que no se podían poner en el mercado al mismo tiempo. Esta cola de transacciones que antes se podían trasladar en pocos meses al mercado está tardando en salir. Cuando esta bolsa de activos remansados en los balances de los grandes bancos aseguradores a nivel mundial se desintermedien y se trasladen al mercado habrá espacio para una mayor actividad primaria. Además, los resultados de este traslado al mercado de operaciones ya aseguradas permitirán asumir los precios reales y actualizar las perspectivas de valoración.
Este nuevo escenario que dibuja ¿hará que el private equity sea menos competitivo en precio?
Si medimos la competitividad por el precio ofertado es evidente que los fondos probablemente no podrán ofertar igual que hace meses. Pero la incertidumbre con la que conviven a la hora de comprar afecta a cualquier comprador. La gran ventaja del capital privado a la hora de adquirir compañías no es necesariamente ofrecer el mejor precio, sino un proyecto de crecimiento para la compañía adquirida, muchas veces a través de consolidación sectorial. Durante los próximos meses veremos muchas compañías haciendo adquisiciones para crecer. La rentabilidad del private equity los últimos años ha venido al 50% por arbitraje de múltiplos (compro una compañía a 8 veces ebitda y la vendo a 10) y el otro 50% por crecimiento del ebitda (vendo al mismo múltiplo, pero a un ebitda mayor). Hoy en día ese arbitraje se torna más complicado. Los fondos se tendrán que centrar mucho más en crear valor y en hacer crecer el ebitda para compensar un posible arbitraje de múltiplos negativo.
De momento, ¿las carteras del private equity están, en general, aguantando bien la crisis?
Sí, porque la mayoría de las compañías cuentan con instrumentos de cobertura de riesgos de interés a tres años y los niveles de apalancamiento ya estaban medidos, de entre 3 y 4 veces ebitda. Para defender los márgenes de ebitda en el actual entorno, la clave es el famoso pass through. Es decir, la transmisión de los incrementos de costes a precios ya se ha realizado de manera muy amplia, y el consumo sigue aguantando bien. Todo apunta a que habrá un freno de actividad sustancial en 2023 y 2024 porque venimos de un año atípico y porque gran parte de la industria está levantando nuevos fondos en un entorno de mercado más complejo.
ROCÍOCASADO/eleconomista.es