Espirea apuesta por la construcción colaborativa para lograr mayor certidumbre en los costes.

Gracias a este modelo ha logrado sortear con éxito los retos del sector.
Una compañía no puede cambiar el sector, pero sí que podemos ser los catalizadores de un cambio». Con esta premisa nació en 2014 el proyecto de Espirea, empresa de servicios de construcción española, que apuesta por un sector más transparente y profesionalizado.
Así lo explica Eugenio Sánchez-Ramade, CEO de Espirea, que asegura que esto se consigue «introduciendo ciertas prácticas y metodologías que nos lleven hacia la profesionalización y la industrialización del sector, en el sentido de industrializar los procesos además de los modelos productivos».
«En cada proyecto tenemos que buscar modelos que nos permitan alcanzar la creación de valor para todas las partes implicadas y que no sea una suma cero», destaca el directivo, que asegura que su apuesta ha sido el modelo de construcción colaborativa, que permite que la constructora se implique en el proyecto desde sus inicios «para tener una mayor certidumbre en los precios».
«En el escenario actual cada vez más promotoras y clientes están apostando por esta fórmula que permite actuar ante los imprevistos con una mayor rapidez y flexibilidad», destaca el CEO de Espirea, que asegura que «en nuestro caso, esta colaboración está basada en la confianza generada a través de la transparencia que venimos aplicando durante muchos años».
Sánchez-Ramade espera que de aquí a final de año «veamos una normalización en los precios. Esto no tiene por qué implicar una bajada, pero sí una estabilización que eliminaría la volatilidad actual».
Crecimiento de la compañía
La compañía cerró el pasado ejercicio con una facturación de 44 millones de euros y «para este año esperamos mantener esta cifra», concreta el directivo, que explica que «venimos de unos momentos de contratación complicados». «El año pasado dejamos de contratar mucha obra de forma consciente, ya que operábamos bajo un criterio de prudencia que nos llevó a no entrar a ciertos precios. Este año la situación ha cambiado y hemos contratado alrededor de 25 millones de euros en obras y pretendemos de aquí a final de año captar al menos esa misma cantidad, que sumada a la cartera que ya teníamos nos situará en unos 70-80 millones de euros», apunta el directivo.
La composición de la cartera de Espirea va en línea con el foco de inversión de los clientes con los que trabajan. «Hubo un momento en que el hotelero tuvo mucho peso y de hecho uno de nuestros grandes proyectos es el Hotel y Teatro Albéniz de Madrid», destaca Sánchez-Ramade, que asegura que la intención de la compañía pasa por «seguir creciendo en este segmento, ya que se va a seguir invirtiendo mucho capital en la planta hotelera española».
Por otro lado, «el residencial, en el que nos movemos tanto en proyectos en altura como en unifamiliares, es un segmento en el que queremos estar con fuerza, ya sea para venta como para los proyectos de alquiler. Creemos que podemos aportar mucho valor en el segmento del Build to Rent (construir para alquilar) y de hecho ya estamos creciendo en esta área».
Otro mercado con potencial para Espirea es «el sector industrial, que ha pasado de ser una construcción bastante simple a tener un componente de técnicas constructivas y tecnológicas muy importantes». Asimismo, la firma quiere potenciar el área de las residencias de estudiantes, pero especialmente las de mayores y senior living. «Este último es un sector menos maduro en España y con gran previsión de crecimiento», asegura el directivo.